Crisis sanitaria agudiza problemáticas en la mancomunidad Amuvrae
- Digital Media
- 22 dic 2020
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La mancomunidad peruana Amuvrae, constituida por diversos distritos de la zona centro del país, es una región que ha atravesado diversas problemáticas, desde la pobreza extrema hasta las secuelas que dejó la época del terrorismo. Su ubicación, la poca accesibilidad y la falta de apoyo estatal agudizaron su situación durante la crisis de la pandemia por la COVID-19, crisis que aún no ha terminado.

El Vraem, región en la que se ubica la mancomunidad, está constituido de manera geográfica por 69 distritos distribuidos entre las regiones de Cusco, Ayacucho, Huancavelica, Junín y Apurímac. De acuerdo con el MIDIS (2018), la población empadronada es de 643,752 personas, siendo el 80% personas que viven entre la pobreza (58%) y pobreza extrema (22%). Debido a la gran variedad de recursos naturales, esta zona está siendo constantemente afectada por la tala y minería ilegal. Además, otro de los grandes problemas en la región es el tráfico ilícito de drogas.
Es en este contexto de pobreza y abandono en el que se introduce la crisis sanitaria actual por la COVID-19 a la región. Gregorio Óscar Pérez Curo, gerente general de la mancomunidad Amuvrae (constituida en 1999 por distintos distritos de las regiones de Cusco, Junín y Ayacucho), declaró que la pandemia introdujo muchos problemas a la mancomunidad, siendo más notorios los referidos a salud, transporte, telecomunicaciones y agricultura. A pesar de los conflictos en los que se encuentra constantemente sumergida, la mancomunidad Amuvrae ha seguido trabajando con el objetivo de brindar una mejor calidad de vida a sus ciudadanos.
Pérez menciona que las medidas de aislamiento social trajeron consigo graves repercusiones en la agricultura. Productores de café, cacao, entre otros alimentos, no podían vender sus productos como lo hacían usualmente debido a que muchas de las carreteras fueron cerradas (medida adoptada por los comités de autodefensa). Con la ausencia de compradores muchas de estas cosechas se echaron a perder, esto trajo como consecuencia que la economía familiar de los ciudadanos de la mancomunidad se vea seriamente afectada.
Asimismo, salió a relucir una de las deficiencias que afecta a la mayoría de pueblos alejados de las grandes ciudades: el precario sistema de telecomunicaciones. Con las carreteras cerradas y las medidas de aislamiento social, conectar con los distritos más alejados se convirtió en una tarea titánica. “No tienen medios de comunicación, no tienen atención con el personal de salud ni establecimientos de salud, no había acceso a internet ni electrificación, no había medios de transporte para conectarnos con estos distritos, sinceramente yo les quiero decir que los más azotados y aislados, y que quizás han tenido más problemas, son los más alejados como Oronccoy y Pucacolpa”, mencionó Pérez.

Debemos tener en cuenta que la zona donde se ubica la mancomunidad Amuvrae está aislada, para acceder a muchos distritos se cuenta con rutas únicas y, aunque esté conformada por municipios de distintos gobiernos regionales, la conexión entre ellas a nivel de carreteras es muy escasa. “Hablando del tema de transporte, se han venido haciendo proyectos integrales, lo que llamamos ‘puentes de integración’ (...) Imagínate, al frente está Cusco, que tiene mucha riqueza, que tiene mucho canon y al otro margen está Ayacucho, que no tiene canon, que no tiene mucha riqueza. Los mismos hermanos se miran frente a frente, pero no pueden acercarse”, agregó el gerente general de la mancomunidad.
Por otra parte, los problemas que más se han visto a nivel nacional son los relacionados con el sector salud. Según Óscar Pérez, desde el inicio de la pandemia se gestó una creciente desconfianza de parte de la población hacia los centros de salud. “Si hacemos un análisis, en realidad, en esta pandemia nadie se ha acercado. Ha sido en su mínima parte que se han acercado a los centros de salud. Esto ha sido notorio, imagínate que te digan: «señor, cómo voy a entrar al hospital si ahí me matan»”.
Más preocupante era la falta de atención de parte del Estado hacia esta mancomunidad. Los centros de salud no contaban con los implementos de seguridad necesarios para el personal y, a pesar de las reiteradas comunicaciones que se intentó tener con el Legislativo y el Ejecutivo, las respuestas que obtuvieron fueron negativas, alegando que “había poca población”.
Sin embargo, para hacerle frente a las diferentes problemáticas durante los meses de emergencia sanitaria, los ciudadanos se organizaron para formar comités de autodefensa, los cuales actuaban cuando los protocolos de seguridad eran incumplidos. “Lo que se ha logrado es ordenar las cosas porque en las ciudades participan los militares y la policía en mayor medida, pero en esta parte los que han participado más son los comités de autodefensa que han dado un control interno, una especie de serenazgo donde si alguien incumplía, se tenían que ordenar las cosas”, comentó Pérez. La mancomunidad se ha sostenido -y se sostiene- gracias al apoyo y la participación de los ciudadanos que la conforman. Así, se logró recaudar más de medio millón de soles para la compra de una planta de oxígeno que actualmente está en funcionamiento.
La región del Vraem es una de las que más atención y apoyo estatal necesita. Según Pérez, el Estado no le ha dado una mirada a la riqueza de la que goza la región. Recursos como el café, el cacao, la hoja de coca, turísticos, humanos, entre otros no son correctamente aprovechados por una mala planificación y la poca o nula intención de generar una industria de estos bienes. “Como alguien decía, si un país va a estar como recolector, nunca va a ser un país que emprenda”, finalizó el representante de la mancomunidad.
Realizado por:
Hugo Velarde
Jorge Huaynapomas
Manuel Valdivia
Silvana Quiñonez
Natalia Gutiérrez
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