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Madres adolescentes: la otra emergencia no atendida

América Latina es la segunda región con las más altas tasas de embarazo adolescente. En el Perú las estadísticas evidencian que 13 de cada 100 adolescentes entre 15 y 19 años está embarazada o ya es madre. La concentración de los mayores porcentajes es desproporcionadamente más alta en las poblaciones rurales y con bajos niveles

económicos: se concentran en la Selva con un 23% y en el quintil inferior de riqueza, lo que

demuestra los niveles de desigualdad social en el país.

“El embarazo en la adolescencia tiene un efecto profundo en la trayectoria de vida de las

adolescentes. Obstaculiza su desarrollo psicosocial, se asocia con resultados

deficientes en materia de salud tanto para ellas como para sus hijos, repercute negativamente en sus oportunidades educativas y laborales, y contribuye a perpetuar los ciclos intergeneracionales de pobreza y mala salud”, señala un reporte de UNICEF. Lo alarmante es que en el contexto de la pandemia por la Covid-19 la tendencia ha aumentado y cada vez hay más madres adolescentes menores de 19 años. ¿Se puede revertir este círculo vicioso?


El caso del colegio El Nazareno, ubicado en la ciudad de Lima, da algunas luces de los

efectos positivos de implementar la educación sexual integral en horarios escolares. En el

2016, pasaron de tener un 15% a tener 0% de tasa de embarazos adolescentes. Sin embargo, los obstáculos que han enfrentado son un reflejo de una sociedad conservadora que aún se encuentra posicionada. Al inicio, los padres de familia y docentes, así como la encargada del curso de religión, se resistieron a tratar temas como los métodos anticonceptivos y las relaciones sexuales entre menores de edad. No obstante, los logros fueron alcanzados con el apoyo de una organización civil promotora de Educación Sexual Integral, Asociación Manuela Ramos, que contaba con la participación de los ministerios. Ello refleja que si bien el Estado daba los lineamientos de la currícula educativa, su papel quedaba limitado en cuanto al presupuesto y los materiales informativos que podían brindar a la escuela.


Los últimos gobiernos han abordado el problema con pinzas debido a una población y

grupos sociales conservadores reactivos. La unión de las iglesias evangélicas con

congresistas conservadores, principalmente de Fuerza Popular, constituyó una alianza

importante para que estos grupos logren sus objetivos como fue el caso de Con Mis Hijos

No Te Metas, colectivo que fomentó una campaña de desinformación transgiversando

todo lo relacionado con la Política de Igualdad de Género que se venía implementando

logrando así evitar que se legisle contra concepciones tradicionales del cuerpo, la integridad sexual y la familia, por ir en contra de la moral cristiana. Es esta forma de

participación política que iza banderas conservadoras acerca del cuerpo, la familia y

la sexualidad, la que ha logrado contrarrestar las iniciativas políticas de los gobiernos de

Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra donde durante el gobierno de turno de este

último mandatario, tuvo serios conflictos de la opinión pública por implementar una

educación sexual. Podemos afirmar que aún existen una enorme resistencia de un sistema

que se niega al cambio.


En el contexto de la pandemia, con mujeres que están bajo el acecho de sus victimarios

dentro del hogar, sumado al acceso limitado a los servicios de salud, una economía nacional resquebrajada y muertes diarias por el COVID-19, queda preguntarse ¿Qué va a

pasar con estas adolescentes que pueden ver oscurecer su futuro y sus relaciones

interpersonales? Un problema multidimensional requiere apoyo intersectorial y la liberación de estos marcos cognitivos conservadores que guían las decisiones de los funcionarios públicos. La educación sexual integral y el trabajo conjunto de las autoridades, maestros y padres de familia, son parte de la solución a esta otra emergencia que vive el país, no se trata pues de una ideología que se quiere imponer, aunque quienes están en desacuerdo intenten decir lo contrario, sino pregúntese cómo el colegio El Nazareno redujo a cero los embarazos adolescentes. Finalmente, las cifras actuales demuestran la clara necesidad de implementar políticas públicas que respondan a esta problemática. Articulo desarrollado por: 1. Andrea Viviana Araujo Muñoa

2. Fátima Fiorella Quispe Oyarce

3. Lucia Vargas Gonzales

4. Magdiel Haydée Sánchez Zapata

5. Kener Landauro Jaramillo

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