¡Les gritamos negras!
- Andrea Ramirez-Gastón La Madrid
- 2 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Cada 25 de julio, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, porque ese mismo día en 1992 cientos de mujeres afrodescendientes de 32 países de América Latina y el Caribe se reunieron en República Dominicana para visibilizar la lucha de las mujeres afro y plantear estrategias políticas contra el racismo bajo la perspectiva de género. Aquel encuentro en 1992 fue un impulso hacia el cambio y la lucha en colectivo, y nace la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, la cual busca promover un ambiente exento de discriminación racial, sexismo, exclusión, inequidad social y política de las mujeres afrodescendientes; y valores como el respeto a la diversidad, la horizontalidad, la incidencia política y social, entre otros.

¿Cómo incluye el feminismo a la lucha afrodescendiente?
Partiendo del término “interseccionalidad”. Este plantea la inclusión de todos los tipos de discriminación; en cuanto al feminismo, se promueve con mucho énfasis debido a que no puede existir una única resistencia feminista que solo aborde la problemática femenina desde lo estándar, porque sea por género, clase social, cultura o etnia, las mujeres se enfrentan a distintas realidades. Así mismo todas esas luchas colectivas, pertenecen a la lucha universal feminista; no pueden ser excluyentes entre sí. El término nació en 1989 y en pleno 2020, todavía no es comprendido ni masificado como un concepto digno de emplear en el día a día.
En Perú
Según INEI, el censo de población afroperuana en 2017 arrojó que más de 379 000 mujeres se autoidentificaron como afroperuanas; y según Alerta contra el racismo, en Perú el color de piel es uno de los principales motivos de discriminación con un 29.6%.
Las mujeres afrodescendientes se han enfrentado a la estigmatización, al racismo estético, a la discriminación étnica y de género en lo laboral, social y político, a la exclusión social y a la doliente indiferencia; y sí, siguen en combate. En honor a todas las afroperuanas que se rebelaron y se inmiscuyeron en situaciones en las que no se les permitía ser partícipes, algunas menciones:
Mónica Carrillo, comunicadora, poeta y activista: fundadora de una organización defensora de los afroperuanos llamada “LUNDU”. Ha publicado muchísimos poemas y ha recibido gran variedad de reconocimientos. Hasta el día de hoy mantiene vivo su activismo junto a su organización.

Catalina Buendía de Pecho, mártir peruana: lideró a un grupo de peruanos en un enfrentamiento durante el contexto de la Guerra del Pacífico, y al ser un grupo improvisado, ella mostró rendición al bando chileno entregándole un recipiente con chicha de jora mezclado con veneno, del que tomó un sorbo para causar confianza en ellos. Por su sacrificio, es conocida como La Mártir de la Chicha.

Victoria Santa Cruz: exponente del arte afroperuano. Fundó Teatro y Danzas Negras del Perú y en 2017 celebró 50 años de creación. También fue parte de Perú Negro, agrupación que promovía la cultura afroperuana mediante el arte. Todos sus logros como artista expresaron su deseo permanente de reivindicar y preservar la cultura afro y sus raíces.
¡Les gritamos negras! Y nos gritaron sus derechos, sus luchas, sus logros, su reivindicación, respeto y amor por sus raíces, sus ansias de igualdad y equidad, sus procesos de fortalecimiento; y afirmaron: ¡Sí, negra soy!
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